Fábrica de sonrisas

5 consejos para comenzar el día de buen rollito.

Kikirikiiiiiiii. Te despiertas y piensas “pufff, tengo que ir a trabajar”, “qué rollo, ahora ir a clase” o “venga, a ver si hoy encuentro curro que mira que está difícil la cosa”. Te aseas, te vistes, desayunas como si estuvieses en una competición de cookies por segundo y sales de casa resoplando. ¡Enhorabuena! Has conseguido el premio gordo: comenzar el día de mala manera. Tienes por delante una jornada que afrontarás con cansancio, desgana, desánimo, mal humor… ¿De verdad quieres esto? Si la respuesta es NO… puede que te gusten estos consejos para comenzar el día como te mereces.

Chica en un charco

¿Buen día o mal día? ¡Tú decides!

1. Elije bien el sonido que te despertará.
La diferencia entre despertar con la alarma infernal de despertador clásico o con el estribillo de esa canción que tanto te gusta es abismal. Mejor que te saquen de tu sueño de la mano que a empujones, ¿no? Que te gusta la polca, pues con acordeones. Que te gusta el mar, pues con olas. Que te gustan los ornitorrincos pues con… ornitorrincos. Tú decides. Pero elije un sonido o canción que sea agradable para ti para comenzar el día.

2. Date un tiempo en la cama.
No te levantes de un salto. Tu cuerpo sigue pensando que estás explorando Marte, de parranda con Sofía Vergara o cenando con Johnny Deep. Dale unos minutos para volver a la actividad y ponerse en marcha. Utiliza ese tiempo para pensar qué quieres hacer hoy, qué quieres conseguir, qué planes tienes e, incluso, qué cosas te hicieron sentir bien ayer. Evita frases negativas. Piensa (y créete) que te vas a comer el mundo y todos sus toppings. No vale un “a ver qué tal va el día hoy” sino un “hoy puede ser un buen día”.

3. Haz pequeños estiramientos.
Cuando dormimos, nuestros músculos y articulaciones pasan mucho tiempo inactivos. Debemos comenzar el día moviendo los dedos, los brazos y el cuello para que se activen. Y si te estiras como intentando agarrar algo lejano o tocar el techo, mejor que mejor. Por ejemplo, imagina que tienes un llaollao al otro lado de tu cuarto y quieres cogerlo sin moverte de la cama. Aunque no lo creas, tu cuerpo se despertará y se relajará. Aprende de los gaticos. Ellos se estiran como nadie.

4. Desayuna, desayuna, desayuna.
Pero ¿qué es eso de “yo es soy de los que no desayunan”? Vamos a ver, que eso es como decir “yo es que soy de los que no respiran”. Es el combustible para que tu cuerpo funcione a tope desde el principio. La falta de azúcares y nutrientes hará que tu estado de ánimo se desinfle ante cualquier problema. Un desayuno ideal debe suponer entre el 20% y el 25% de las calorías ingeridas a lo largo del día. ¿Es importante o no? Frutas, cereales, fibra, yogurt proteínas… Tú elijes. Pero cuanto más completo sea el desayuno, mejor que mejor.

5. Escucha música.
En lugar de leer el periódico o ver las noticias mientras realizas tu rutina matutina, ponte una lista de reproducción con canciones que te encanten para comenzar el día. Temas que te trasmitan energía, buen rollo y optimismo. Está comprobado que escuchar música que te haga vibrar a primera hora del día hace que ese estado de ánimo se prolongue durante un buen tiempo. Si quieres una lista de reproducción, en Spotify hay un montón como:

Para desayunar.
With a smile.
Listado happy!

Amanecer

Comienza el día… ¡a tope de energía!

En fin, que hay muchas cosas que puedes hacer por la mañana para comenzar el día a tope de energía, motivación y positivismo. Si no, que se lo digan a la niña de este vídeo. No sé si sentir miedo o admiración. Pero, vamos, que bien se merece un llaollao de premio. Seguro que tú tienes tus propios trucos para despertar con las pilas cargadas. ¿Nos los cuentas?



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