Cómete la vida ¡a cucharadas!
Tráfico, reuniones, exámenes, metro, cuenta atrás en los semáforos… ¡estrés! Hay gente que vive a toda velocidad, con prisas y sin detenerse un instante para saborear el momento que vive. Es verdad que, a veces, nuestro ritmo de vida nos impide echar el freno. Pero ¿y si nos proponemos regalarnos varios instantes de desconexión a lo largo del día?
Deberíamos aprender a saborear el momento. A comernos la vida pero a cucharadas pequeñas para disfrutar de las cosas como se merecen. A intensificar las experiencias con cucharadas de emociones. Por ejemplo, con nuestra nueva cuchara.
La primera vez que la vimos nos dieron ganas de darle un bocado. Llamadnos locos pero nosotros nos comemos la vida allá por donde vamos. ¿Qué te parece la cuchara? Es bonita, ¿verdad? Es como una hoja verde. ¿A que sí? Más natural… ¡imposible!
Las mejores cosas de la vida son invisibles. Por eso cerramos los ojos para besar, para reír o para soñar. Después los abrimos y vemos lo bonito que es lo que tenemos delante. ¿Has probado a tomar tu llaollao con los ojos cerrados? Te aseguramos que multiplicarás la experiencia. La vida hay que comérsela pero saboreándola.
Te presentamos nuestra nueva cuchara para disfrutar aún más de toda la familyllao al completo. Degustar, paladear, relamer, sentir. ¿Te gusta? ¡Esperamos que mucho!